MerryBerry es la mayor plantación de arándanos biológicos de Rumanía. La explotación está situada en el pueblo de Mija, en el pintoresco condado de Dambovita. Rodeada de bosques, la plantación de 115 ha pretende reunir todas las condiciones necesarias para un cultivo biológico de calidad. Y esto incluye las colmenas de abejorros Natupol de Koppert, que garantizan una buena polinización de las plantas de arándano.
MerryBerry lleva tres años utilizando nuestras colmenas al aire libre con éxito: "La razón principal es asegurar una polinización adecuada independientemente de las condiciones meteorológicas o de la fauna presente en la zona. Según nuestra experiencia, el coste de la polinización está plenamente justificado", afirma Madalin Slav, ingeniero experto en horticultura de MerryBerry. En MerryBerry sabemos lo importante que es la polinización en el desarrollo de la fruta. Llevo muchos años utilizando los abejorros de Koppert no sólo para los arándanos, sino también para las cerezas".
Una parte de la plantación está en el tercer año de producción y la primavera pasada utilizamos una colmena Natupol Booster por hectárea. La otra parte de la plantación está en el segundo año de producción y aquí utilizamos una colmena por cada dos hectáreas', explica Madalin. La plantación está rodeada de bosques y esto nos ayuda mucho a la hora de complementar la polinización con otros insectos".
Ventajas de las colmenas Koppert
Según Madalin, que trabaja en MerryBerry desde hace cuatro años, las ventajas de utilizar colmenas Koppert son las siguientes:
- Los abejorros son más activos a bajas temperaturas o con mal tiempo que las abejas naturales
- Los abejorros tienen una gran capacidad para visitar más flores y son capaces de transportar más polen
- Los abejorros toleran mejor determinados productos de biocontrol a base de microorganismos
- La polinización por abejorros hace que aumente el número de semillas en el fruto, lo que da frutos más firmes y grandes.
Sí, estoy satisfecho con los abejorros y los servicios de Koppert". concluye Madalin.
Las colmena